Yo y mis vergüenzas, hoy
Yo y mis vergüenzas
hoy nos acariciamos,
nos besamos las heridas,
apaciguamos el daño.
Yo y mis vergüenzas
hoy hemos hecho las paces
después de unas cuantas guerras
en la que los victoriosos
no son más
que borrosos
recuerdos distantes.
Yo y mis vergüenzas
hoy somos un mismo cuerpo
una misma voz
la aceptación discordante.
El son que con la música
baila en cualquier parte.
Lágrimas
Alguien dijo alguna vez
que si derramas una lágrima
y cae por el ojo izquierdo,
inevitablemente es de tristeza.
En cambio, si se desliza por el derecho
es de felicidad.
No sé cuántas lágrimas he malgastado por ti,
ni cuántas cayeron por cada lado,
lo que sé es que ya no va a pasar más.
Te ahogaste en lo profundo de mi llanto.
Soñar despierto
Guardo un poco de café
por si quieres soñar despierto,
por si te apetece acurrucarte
sin dormirte en mi pecho.
Conservo un poco de tu aroma
en las camisas, en la tez
en los recuerdos,
en aquella brisa que desnudaba
nuestros deseos más sinceros.
Siento un poco de tu piel
en el tacto de los trigueros,
en el naranja de un atardecer,
en lo apacible de un silencio.
Creo que está bien
transformarte en lo que más quiero,
en el sabor a caramelo,
el vaivén del mar
o la sensación de cosquilleo.
Porque todo lo que eres
se reduce a momentos.
Y solo aspiro a poder, algún día,
detener el tiempo.
Y te vas
Como el viento que acaricia cada tara
y el agua chapotea entre las lágrimas,
como una ceniza en la que ya no hay llama,
sientes, quieres y te vas.